lunes, junio 29, 2009

LOS CUERVOS


Luis Andrés Figueroa
"Al País de Poe"
(Crónicas de viaje por Norteamérica)
Editorial Altazor 2003


Los cuervos giran en mesa redonda bajo el cielo encapotado. La lluvia sobre la piedra es una espada. Hay un revolotear de guerra en este silencio colmado de aguas, viento y cuchillos negros que se cruzan en la caída de un reino de invierno. Todo ha huido. Los ojos de las ardillas, como rocío tembloroso, callan entre las madrigueras. El cielo encapotado se tiñe de sangre. El crepúsculo se abre a truenos como una fosa, y allí van a caer las primeras horas de vida del invierno. El círculo de aves, la corona negra del final, se cierne sobre los emblemas del árbol. El árbol aquieta sus banderas. Los cuervos envainan sus espadas mirados por Daneri. Y se posa el silencio después de la batalla. Y hay sólo el resplandor de la espada de la lluvia en la piedra.


Dice la leyenda que el Rey Arturo se convirtió en cuervo al morir. De allí la prohibición, en la gran isla, de matar a estas aves.