Playa Guardamar en Alicante, España
En la ciudad del silencio
nadie quiere confesar su devoción
a las deidades muertas;
el aire es de un mutismo milenario
y todo en él naufraga:
las miradas con puntos suspensivos,
las miradas al sol interrogantes,
las miradas honestas de los niños...
No puede conversarse lo esencial
porque la prisa corre más rápido las páginas.
Se le olvida decir a la madre, al hermano
-toma mi voz prestada si hace falta,
si dudas, si flaqueas cuando la noche venga
inoportuna-
Yo estoy de vacaciones en la costa,
lejos de su silencio
anclado, de sus días
y cada anochecer
cenamos con la risa las sobras de palabras
o dora la sartén
promesas, gestos leves, tan fáciles de asir,
de pronunciar
y me quiero quedar con este timbre,
con este olor a sal
que todo lo sazona.
Marina Tapia
escrito entre Alicante y Madrid
No hay comentarios.:
Publicar un comentario