jueves, julio 30, 2009

ODA A LA CONCHITA ROÍDA.


Este trozo de ensayo poema o como se quiera llamar, nace a causa de que en la playa... no tengo idea de su nombre (Las cruces) he comenzado a recoger conchitas pero no de las de siempre, mas bien ya las casi destruidas por el tiempo y todo el desarrollo que este trae, ya que siempre he recogido debido al estudio de mi amada carrera veterinaria conchitas lo menos dañadas en incluso en plena vida.


ODA A LA CONCHITA ROÍDA.

Siempre toman las más limpias,
las más enteras y las recién expulsadas por la mar,
o las recién muertas,
o mas bien las con la casa ya vacía,
o el ataúd sin su cadáver,
¡Exacto! ¡Eso es! Es así,
pero el día de hoy he tomado la más roída,
con más surcos, el ataúd más herido,
con sus giros cortados;
Y me trasporto en tiempo y espacio,
viajo por los tiempos y me pregunto: ¿en que roca estuviste?
Y hoy tan distinta, desgastada y abatida,
ni siquiera apreciada para adorno de verano de algún personaje;
te he tomado viajando contigo
y transportando a centenares de años atrás
con amonitas y termofilas,
y veo tus mismas vueltas y giros de ADN
que también están presentes en la Vía Láctea,
te comparo con estos giros,
presentes en toda unidad magna o pequeña de la vida,
que hoy, carcomidos por vientos silenciosos, arena y gotas de mar
te desnudan y corrompen de a poco,
dejándote en arena como espejo y brillo eterno;

Sí, Darwin tenía razón.
Creo que hemos evolucionado
Y tú, de pequeña has pasado a arena grande y gigante,
Tomando como tuyo el fondo de la mar,

Conchita tu fuiste ……conch,
Y hoy eres ita,…. arenita.



Hans Tapia Teucher

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